Enero 2015
Todos esperaban la llegada de Intimidad. El encuentro, convocado hace tres meses había tenido una amplia acogida.
Bondad y Perseverancia se habían ofrecido ese año para ser las anfitrionas, y como era de esperarse todo estaba cálidamente organizado y todos los detalles se mostraban impecables.
Paciencia, entre las primeras en llegar, aguardaba conversando con Carisma, quien arribaba de una jornada de atención a niños enfermos y contaba las plácidas sonrisas de éstos en el agasajo.
Humildad entró apurada por su llegada tarde, pidiendo disculpas a los presentes y poniéndose a la orden para ayudar en lo que fuera necesario.
Fraternidad , como una hormiguita obrera, repartía carpetas con los nombres de los nuevos asistentes, organizaba encuentros entre interesados y velaba porque todos estuvieran pasando una jornada placentera.
Hospitalidad, como era costumbre, ofreció su casa para el evento, dispuso de su mejor salón, cocinó su mejor receta de dulces y ofreció todo lo que estaba en su casa.
Intimidad hizo finalmente su aparición con un sencillo pero acogedor atuendo que invitaba a la contemplación, captaba la atención y hablaba de un toque especial. Intimidad era la oradora de orden y decidió que su reflexión debía ser colectiva, así que colocó materiales variados en el centro del salón, invitó a los asistentes a representar la Intimidad.
Desconcertados pero a la vez retados por la actividad, miraban los materiales buscando al mismo tiempo aquel símbolo u objeto para representar lo solicitado.
Bondad tomo una caja con pitillos y repartió uno para cada uno diciendo: todos debemos tener intimidad, es el canal que nos comunica de lo profundo de uno a lo más profundo de otro. Perseverancia tomó una cáscara de huevo vacía y con muchas resquebrajaduras, y dijo: la intimidad es algo muy delicado, que ocurre en una relación, que requiere cuidado, revisión y puede quebrarse fácilmente. Fraternidad tomo una hoja blanca y explicó: la intimidad es un historia que se escribe con la compilación de los encuentros con los otros.
Hospitalidad tomó un cartón de huevos, lo abrió para que hubieran mas espacios para colocar objetos y dijo: la intimidad permite que tengamos espacios para conectarnos con los otros. Tantos espacios como queramos.
De esta manera todos los invitados fueron tomando objetos y explicando por qué éstos simbolizaban la intimidad.
Mientras tanto Intimidad permanecía sentada, escuchando atentamente la intervención de cada uno de los participantes. Cuando terminaron dijo: He disfrutado y saboreado cada una de sus intervenciones cargadas de significado que invitan a la atención plena, la escucha serena, el cuidado compasivo, el encuentro curioso, la conexión empática.
Las experiencias humanas se convierten en sus representaciones cuando tenemos vivencias que las sustenten. Todos ustedes han tenido experiencias de intimidad.
Un YO, un TÚ, en un encuentro sincero, curioso y bondadoso, parecieran ser los ingredientes de la intimidad.
Gracias por abrirse a la intimidad en este encuentro. Compartamos ahora la diversión, el orgullo, la esperanza, la gratitud y hasta el sobrecogimiento con todas las sorpresas que los anfitriones han preparado para nosotros. Seguro que nos esperan momentos de intimidad ahora o más tarde.
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